El domingo 6 de noviembre celebramos el Día de la Iglesia Diocesana, un día en el que recordamos que todos somos la Iglesia. Esa que nos acoge y está presente en los momentos más importantes de nuestra vida a través de los sacramentos, y en la que miles de personas encuentran a Dios cada día.
La Iglesia en sus mandamientos, nos insta a colaborar con sus necesidades, de modo que disponga de lo necesario para el culto divino, las obras de apostolado y de caridad, y el conveniente sustento de los sacerdotes.
Lo más importante para contribuir a ello, es hacerlo con la oración. También estamos llamados a contribuir con nuestro tiempo, nuestras cualidades, y económicamente en la medida de nuestras posibilidades.
Ante las dificultades de una gran parte de la sociedad, aumentan las necesidades que intenta cubrir la Iglesia, por lo que precisa de más recursos económicos para seguir desarrollando su actividad pastoral, misionera, caritativa… Por eso tu aportación, hoy es mucho más valiosa. Si ya eres donante, recuerda que un pequeño aumento de tu cuota puede significar mucho.