Regla, Marisa, Reyes, Elena, Ana, Ana María, Silvia, Lina… mujeres dispuestas, mujeres de parroquia. Hace dos años nos conocíamos casi de vista, ahora nuestros vínculos son casi familiares. El motivo, estar unidas por una misma causa: servir a la parroquia en sus necesidades. Nos habéis visto leyendo oraciones o motivando las colectas del Domund, Manos Unidas o el Seminario. Que importante es descubrir que, sin más pretensiones, ofrecemos lo que tenemos a favor de causas que merecen la pena. Somos parte de esta Iglesia que sale o abre sus ventanas en estos tiempos que ahora vivimos. Nuestro entusiasmo y los vínculos que hemos creados, gracias a la parroquia, para nosotras es lo más gratificante. |
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