En este Domingo sin fin, el Señor nos abre los ojos y sale al encuentro “en los creyentes que vivían unidos…”
Hemos de darle una vuelta a nuestras vidas en estos días de prolongada y cansada pandemia. En este mundo herido, destrozado, estamos llamados a dar un primer paso. No te encierres en ti mismo ¡¡Es Pascua!! Pon tus dones y tus medios a trabajar. Empieza tu preparación en este domingo de la Misericordia. No se trata de “dar un pez”, junto a otros, fabrica cañas para que muchos puedan pescar. La esperanza nos mantiene en la fe.
|