El PÁRROCO ABRE SU VENTANA:

Cuando no salimos de nuestro asombro; cuando los cristales se empañan por la lluvia que ha empezado a caer; más allá del obligado confinamiento… ¡Soñemos! Echémosle imaginación a la vida parroquial y a lo cotidiano de nuestro vivir. Más allá de la acumulación desmedida de rollos de papel, hagamos acopio de lo que no pasa, de un poco de silencio, de sabiduría con los mayores, de honestidad, de humildad de jugar y reírnos juntos, porque estoy seguro que mañana, cuando salgamos nos vendrá bien.

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