ENCUENTROS DE JESÚS CON LAS MUJERES
I. INTRODUCCIÓN
“Creó, pues, Dios, al ser humano a imagen suya,
a imagen de Dios lo creó, macho y hembra los creó”.
(Gen 1,28)
El primer relato de la creación que aparece en la Biblia nos dice que somos imagen, como semejanza, de Dios. En esa narración vemos que el ser humano, hombre y mujer, es imagen de Dios. Es la humanidad entera la que está creada a imagen y semejanza de Dios. La creación del ser humano va a ser, naturalmente, un paso obligado en la historia de la salvación.
Esa historia tiene un claro protagonista: Jesús de Nazaret. Que vino a decirnos, entre otras, dos cosas: cómo era su Padre y lo que Él llamaba el Reino de Dios: un Reino o Reinado en el que todos somos iguales (hombre y mujer, esclavo y libre…). Supera la triste situación de la mujer en el judaísmo y tiene que recordar en algún momento que “al principio no era así”. Rompe moldes. Hasta el punto de que dice Pagola que «sorprende ver a Jesús rodeado de tantas mujeres» (“Jesús, aproximación histórica”).
Los evangelistas afirman distintos encuentros con distintas mujeres. Unas veces es Jesús el que los busca (como a María Magdalena); otras, son las interesadas (como la hemorroísa); algunas, son provocadas por terceros (como la adúltera). Iremos viendo, poco a poco, esos encuentros. Si los buscamos con detenimiento, vamos también a sorprendernos.
