CON LA SIROFENICIA
«Señor, ayúdame» (Mt 15,25)
Después de declarar puros todos los alimentos, Jesús había pasado a la región de Tiro, ya enla provincia de Siria. Territorio pagano. No se dice si va solo ni qué hacen los discípulos. El evangelio de Marcos, de donde quizás Mateo tomó y amplió la perícopa, nos dice que entró en una casa, no queriendo que nadie se enterase. Allí, otra mujer va a mantener un nuevo y hondo diálogo con el Señor,buscando ahora la curación de su hija enferma.
De esos escasos datos, el teólogo Vincent Taylor (Evangelio según san Marcos) deduce, opinión no compartida por todos, que Jesús va en busca de soledad para reflexionar sobre su misión. Es la segunda vez que pisa territorio pagano. Antes lo había hecho en Gerasa, donde había expulsado un demonio.
Pero ahora el encuentro va a incidir de forma más clara en la apertura de la buena nueva a los gentiles. La respuesta de Jesús a la petición de ayuda de la cananea es, en principio, muy dura: “No está bien tomar el pan de los hijos y echárselos a los perritos”. John P. Meier (Un judío marginal, Tomo II/2) califica el encuentro como una “esgrima dialéctica” entre Jesús y la mujer pagana, entendiendo que “el relato está fuertemente cargado de teología cristiana posterior.” Considera que, “de hecho, la afirmación de Jesús de que primero deben saciarse los hijos (=los judíos) con el pan (=el mensaje evangélico de salvación)” parece una variación sobre el tema paulino de “salvación de todo el que cree; del judío en primer lugar, pero también del griego” (Rom 1,16).
Ese «ayúdame» inicial de esta mujer pagana, a través de la misericordia del Señor, pudocooperar al envío: «Id y haced discípulos a todos los pueblos” (Mt 28,19).