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Entradas del grupo: Fe Adulta

…No convirtáis en un mercado la casa de mi Padre (Jn 2,16b).

El episodio de la expulsión de los mercaderes del templo es narrado, con distintos matices, por los cuatro evangelistas. Para el evangelio de san Juan, lectura del tercer domingo de Cuaresma, es uno de los primeros acontecimientos de la vida pública de Jesús. Los sinópticos, en cambio, lo sitúan al final, en las puertas de la pasión. El reproche de Jesús a los vendedores, compradores y cambistas es común a los tres evangelios de haber convertido su Casa “en una cueva de bandidos”, mientras solo Juan habla de la transformación del Templo en un mercado.

Se ha interpretado el hecho de que Jesús expulse a los animales a latigazos como su anuncio profético de una religión nueva, personal, que no necesita ya sustituciones en los sacrificios. Es posible que la mención especial a los vendedores de palomas pudiera relacionarse con la entrega de la oblación de  su presentación en el Templo, la oblación de los pobres.

El Papa Francisco ha prestado atención al mercado en su Encíclica “Fratelli Tutti”, dedicada a la fraternidad y la amistad social. En ella nombra en  siete ocasiones al mercado. Pone de manifiesto la confianza existente antes de la aparición del coronavirus (número 33: Bastaba la libertad de mercado para creer que todo estaba asegurado). Esa confianza se desmorona, hasta la situación actual: “el mercado solo no lo resuelve todo” (número 168).

Nos unimos al llamamiento de paz, justicia y fraternidad del número 285, con el siguiente inicio:

 “En el nombre de Dios que ha creado todos los seres humanos iguales en los derechos, en los deberes y en la dignidad, y los ha llamado a convivir como hermanos entre ellos, para poblar la tierra y difundir en ella los valores del bien, la caridad y la paz”.

Ubaldo Rodríguez

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