LA ESCUELA DE SILENCIO ABRE SU VENTANA:

LA ORACIÓN CONTEMPLATIVA, EL MERO “ESTARSE ANTE DIOS”.

Es cierto que Dios llena el vacío, que toda pobreza e impotencia atrae la presencia de Dios, que las bienaventuranzas evangélicas anuncian el camino hacia el vacío y que lo esencial se manifiesta allí donde el hombre se despoja de todo aquello de lo que puede prescindir, entonces es en la oración donde más deberíamos vaciarnos, dado que allí no buscamos otra cosa más que ser llenados por Dios.

El proceso de la oración se va condensando paulatinamente hasta que todos los sentimientos se aúnan, dando origen a un solo estado. Es el mero estar allí, “estarse, ante Dios”. Este modo de orar se llama contemplación. Aquí ya no existen palabras ni pensamientos; tampoco los vaivenes de los sentimientos. Todo se ha simplificado en esta visión, que reposa en Él. A esto intentamos dedicarnos.

Preguntas para la reflexión:

¿Te sientes más inclinado a la oración vocal, mental, a la efectiva o a la contemplativa?

Carolina.

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