Entregarse a Dios con el ser
Existe un peligro en la meditación, acudir a ella desde una referencia al propio yo, e incluso que se convierta en una actitud. Podemos ir a la meditación por sentir tranquilidad, por distanciarnos de la agitación, para buscar decisiones adecuadas, o para modificar un comportamiento, o como una especie de terapia…
Todas estas búsquedas hacen referencia a que estamos buscando los dones de Dios y no al mismo Dios. Buscar a Dios y confiar en que Él nos dé por añadidura todo lo necesario (Mt.6, 33) eso es la contemplación.
La entrega a Dios se realiza a menudo mediante palabras y acciones. Pero también podemos entregarnos a Dios a través del ser: simplemente estar para Dios. Esta es la entrega más profunda y pura.
La oración contemplativa es entrega, servicio divino, y alabanza a Dios a través del ser. Este es el camino.
Preguntas para la reflexión.
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Tu interés esencial en la meditación, ¿eres tú mismo o Dios?
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Entregarse a Dios con palabras, con acciones o con el ser. ¿A cuál de estas tres entregas te sientes especialmente llamado?