LA FE ADULTA ABRE SU VENTANA:

“Junto a la cruz de Jesús estaban su madre y la hermana de su madre, María, mujer de Cleofás, y María la Magdalena”.

El evangelista san Juan sitúa a la Virgen María al pie de la cruz. Cuando grabo un posible retrato del episodio en mi imaginación, veo la pena y el llanto de María. Podríamos sentir su dolor.  Seguro que estaría llorando. Esa situación la han asimilado muy bien las imágenes de nuestra Semana Santa en todas las advocaciones: Socorro, Angustia, Mayor Dolor, Amargura, Tristezas, Angustias, etc. Todas ellas evocan el sufrimiento de la Virgen.

Hoy día, son muy numerosas las personas que mueren por ese virus que ha aparecido. Miles y miles. Los que estamos confinados nos relacionamos con familiares y amigos con los adelantos que la ciencia ha puesto en nuestras manos y que tanto bien hacen a los solitarios. Benditos sean los medios técnicos.

Pero, al lado, recibimos y mandamos a esos amigos y conocidos, wasaps con chistes, videos con bromas, e-mails jocosos, etc.  Yo el primero. Y me pregunto qué pensaría María (Nuestra Madre) de este comportamiento. Ya sé que la intención es buena: ayudar, entretener a los niños y a los mayores, cubrir horas de encierro… Pero pienso en la madre que ha perdido una hija, en los que no pueden incinerar a una padre de momento, en tantas y tantas personas que están al pie de la cruz, que renuncio a envíos, reenvíos y a intercambios de mensajes de esta clase.

Ubaldo Rodríguez.

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