Hoy en día se puede decir que no hay grupo de población que esté fuera de la amenaza de contagio del coronavirus Covid-19. La población de mayores de 60-70 años ha sido el colectivo más afectado en un principio y en el que se registró el mayor índice de contagios y de fallecimientos.
Sobre febrero de 2020 comenzaron los ingresos de enfermos en Centros Sanitarios presentando generalmente patologías respiratorias graves. En la Pastoral de la Salud hemos registrado el fallecimiento del marido de una voluntaria.
La declaración de la Pandemia y la puesta en marcha de las medidas y recomendaciones sanitarias recibidas alteraron el funcionamiento de la Pastoral de la Salud, como ocurrió en todos los sectores de actividad de la sociedad.
¿Y nuestros enfermos? ¿Qué hacer con las visitas domiciliarias considerando la edad de ellos, de 85-90 años de media? ¿y las de nuestros voluntarios? Hubo familias que avisaron para suspender las visitas y, en el mismo sentido se pronunciaron las de los voluntarios. El párroco recomendó mantener contacto telefónico con los enfermos, que éstos se sintieran acompañados y si alguno de ellos requiriera recibir algún sacramento el párroco u otro sacerdote atendería dicha petición.
El estado de alarma sanitaria y el confinamiento se decretó desde el 15 de marzo al 15 de junio. Durante este tiempo se mantuvieron las comunicaciones telefónicas y en la Parroquia se oficiaron misas por Internet, pidiendo especialmente por los enfermos de Covid, por sus familias y encomendando al Señor a los fallecidos por la pandemia.
Sin perjuicio de nuevas ampliaciones y otras medidas el estado de alarma terminó pero no la pandemia. En junio se celebró un Consejo pastoral y continuaron los contactos telefónicos y las recomendaciones sanitarias.
La esperanza estaba puesta en las vacunas que no se iniciaron hasta enero de 2021. Nuestros enfermos, por razón de sus edades, fueron de los primeros en recibir la primera dosis y posteriormente una segunda.
En octubre de 2021 tuvimos nueva reunión con el párroco para valorar el funcionamiento y revisar las medidas de actuación. Se invitó a la Dra. Carmen Jódar, quien conoce el trabajo que se realiza en la Pastoral de la Salud, para que nos informara al respecto y nos recomendó acentuar las medidas de protección; que en las visita a los enfermos acudiera únicamente un solo voluntario, que la visita fuera corta con observancia estricta de las medidas de seguridad (mascarilla, guardar las distancias, gel, etc) y que la comunión se impartiera en la mano del enfermo. Estas recomendaciones se hacían extensivas a los familiares y cuidadores de los enfermos, en su caso.
Ahora, toda la población se enfrenta a una nueva escalada con la variante Ómicron, altamente contagiosa. A las personas mayores se le ha facilitado una tercera dosis de la vacuna existente, pero parece afectar a todos los colectivos.
En la Pastoral de la Salud estaremos vigilantes para continuar con el servicio a los enfermos observando las recomendaciones sanitarias que en cada momento se establezcan.