LOS SACERDOTES ABREN SU VENTANA:

Tengo dudas…

El evangelio de hoy (Marcos 16, 9-15) habla sobre las dudas de los discípulos. Veamos la explicación del mismo Papa Francisco. Ayudará

Se dirigió a quienes sienten miedo y angustia como consecuencia de la duda, de la incertidumbre, durante la catequesis en el aula Pablo VI del Vaticano.

“Expresar misericordia a los que dudan equivale, sin embargo, a calmar el dolor y el sufrimiento que proviene del miedo y de la angustia que son consecuencias de la incertidumbre”, dijo el Papa Francisco al referirse a la obra de misericordia: aconsejar a quien tiene dudas.

“Por lo tanto, es un acto de amor verdadero pretender apoyar a una persona en la debilidad causada por la incertidumbre (duda)”.

Aconsejar y enseñar” (cfr Lc 10, 21-22) fueron los imperativos evangélicos expuestos por Francisco en esta catequesis después del cierre oficial del Jubileo, el pasado 20 de noviembre, pero resta que la misericordia seguirá a ser un signo continuo del pontificado y de la vida de la Iglesia.

Dar buen consejo al que lo necesita es un verdadero acto de amor hacia las personas que están desorientadas o tienen dudas. Todos podemos tener en algún momento dudas sobre la fe. La escucha de la Palabra de Dios y la catequesis nos ayudan a superar esas dudas”.

El Papa admitió que también él mismo ha sentido el peso de las dudas en su vida. “Creo que alguien me podría preguntar: ‘¡Padre, yo tengo tantas dudas sobre la fe! ¿Qué debería hacer? ¿Usted nunca tiene dudas? -Ah, tengo muchas- “, dijo con una sonrisa.

Las dudas no faltan en varios momentos de la vida. “¡Todos tenemos dudas, las dudas que tocan la fe!” Francisco las considera positivamente porque son la señal de “que queremos conocer mejor y profundamente a Dios, Jesús, el misterio de su amor hacia nosotros”.

“Yo tengo esta duda, bueno busco, leo, pido consejo de cómo hacer”. Las  dudas hacen crecer. Por tanto, es bueno que nos cuestionemos sobre nuestra fe, “porque de esta manera se nos lleva a un nivel más profundo”.

Las dudas, sin embargo, también deben ser superadas. “Por esto hay que escuchar la Palabra de Dios, y entender lo que la Biblia nos enseña”, sostuvo.

En este sentido, el Pontífice indicó la importancia de la catequesis, “en la que el anuncio de la fe viene a nuestro encuentro en la realidad de la vida personal y comunitaria”.

La fe no es una teoría abstracta

Igualmente, invitó al mismo tiempo a vivir la fe. “No hagamos de la fe una teoría abstracta donde las dudas se multiplican”.

La fe practicada en la vida misma. “Nosotros tratemos de practicarla en el servicio a los hermanos, especialmente hacia los más necesitados. Entonces, tantas dudas se desvanecen, porque sentimos la presencia de Dios y la verdad del Evangelio, en el amor que, sin nuestro mérito, mora en nosotros, y que compartimos con los demás”, indicó.

De esta manera, explicó que las dos obras de misericordia: Aconsejar al que duda y enseñar al que no sabe, “no están lejos de nuestras vidas”.

“Cada uno de nosotros puede comprometerse en vivirlas para poner en práctica la palabra del Señor, cuando dice que el misterio del amor de Dios no fue revelado a los sabios e inteligentes, sino a los pequeños (cf. Lc 10,21; Mt 11,25- 26)”.

Estamos llamados a trasmitir es el amor de Dios.

“Un amor grande, esta es la gran certeza, gratuito y dado por siempre. Dios jamás quiere que el amor sea devuelto; es donado para siempre”.

No obstante, es un amor fuerte que lleva a una fuerte responsabilidad para ser testimonios y “ofrecer misericordia a nuestros hermanos”.

Pidamos a la Virgen María que nos ayude a tener un corazón atento a las necesidades de las personas que nos rodean, para que también ellas puedan experimentar el amor que Dios les tiene

Leonardo Molina S.J.

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