LOS SACERDOTES ABREN SU VENTANA:

¡Feliz Pascua de Resurrección del Señor a todos!

Llenas de temor y de gran alegría vuelven del sepulcro de Jesús. Sienten las mujeres temor y alegría al mismo tiempo. Parece una contradicción; el anuncio que el ángel les ha comunicado supera hasta la más descabellada de las ideas que pudiera habérseles ocurrido. Experimentan también una gran alegría; la esperanza que llevaban en su mente como hijas del pueblo de Israel, y en su corazón, como seguidoras del Mesías, ha sido colmada. En una palabra, su razón no entiende lo que su fe les hace ver.

Sin embargo, esta sensación no las detiene, corren a anunciar lo que allí han visto. Cristo sale al encuentro de las mujeres. Así es como Él desea hacerse presente en nuestras vidas, Él también sale a nuestro encuentro: estando junto con nuestros hermanos, estando en camino de misión. Jesús mismo les asigna un nuevo contenido a su mensaje. No sólo han de anunciar que el Señor ha resucitado, sino que han de guiar a los apóstoles de vuelta a Él.

Nosotros también tenemos una misión en nuestra vida. Muchos de vosotros sois catequistas en nuestra parroquia, otros visitáis a los enfermos y les lleváis lo más grande que tenemos los cristianos, que es el Santísimo Sacramento del Altar, para que les acompañe en su soledad, enfermedad o ancianidad. Vamos a pedirle a Dios, en este tiempo tan terrible de pandemia, que nos ayude e ilumine para que cada uno de nosotros sepamos vivir esa misión, ese envío que tenemos de parte de Jesucristo. Sí, no hemos de temer, pues la muerte, el mal y el pecado han sido vencidos. Con la fuerza que nace de ese encuentro con la mirada misericordiosa del Señor Resucitado, vayamos también nosotros a recordar a los hombres que lo verán en la Galilea donde Él mismo quiso llamarlos a compartir su misión.

Pablo G. Casas Aljama, Pbro.

Vicario parroquial

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