El pasado 16 de diciembre despedíamos, en nuestro templo parroquial, a nuestra hermana en la fe Pura Agea Amador. Falleció a los 86 años, como consecuencia de una caída fortuita, cuando regresaba a su casa tras participar en la misa de las 20 horas del día8 de diciembre, festividad de la Inmaculada Concepción.
Pura era soltera, pero se casó con nuestra comunidad parroquial, 48 años atrás, cuando cruzó el rio para venirse a vivir al barrio de Los Remedios, y cuidar de su madre, viuda. Atendió con cariño, como enfermera, a miles de pacientes que acudieron a lo largo de muchos años, a la consulta de Otorrino del Hospital Virgen del Rocío, donde dio pruebas de una gran entrega y profesionalidad.
Nuestra hermana Pura tenía un carácter fuerte, y generoso. Era una consumada polemista, con profundas convicciones religiosas, políticas, y hasta deportivas. Entregada a la parroquia, participaba en la misa, los domingos, y hasta que su cuerpo se lo permitió, se encaramaba al ambón para pronunciar las lecturas, y entonar, en alta voz, cantos populares marianos, invitando a los feligreses a seguirla.
Los que la trataron han confesado que era una mujer de fe profunda, y transmitía fe. Ya hospitalizada, sumida en el, dolor, clamaba, a voces, en las ultimas horas de su vida, su ferviente deseo de viajar a la casa del Padre. Hermana Pura: descansa de tus fatigas, porque tus obras te acompañan. Amen.
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