LA ESCUELA DE SILENCIO ABRE SU VENTANA:

EJERCICIOS DE CONTEMPLACIÓN

En la profundidad de las almas tiene lugar una búsqueda que Dios y los hombres configuramos nuestras vidas a partir de esa búsqueda.

Los seres humanos en realidad buscan un contacto simple, espontaneo y directo con Dios; un camino sencillo y directo hacia Él. Anhelamos una relación de tranquilidad y sencillez con Dios.

Este camino sencillo, caracterizado por el contacto directo con Dios, se llama contemplación. Para que se dé este encuentro necesitamos momentos de desierto.

El desierto: un encuentro con Dios y con uno mismo.

En el antiguo y en el nuevo testamento cada vez que Dios deseaba intervenir en la historia preparaba a alguien para este fin. Generalmente lo apartaba de su entorno natural y lo llevaba al desierto. Ahí lo hacía permanecer por un tiempo prolongado, hasta que le concedía un encuentro con su persona.

Se nos brinda una gran oportunidad: vivir este periodo de confinamiento como un tiempo de desierto, donde haya momentos de silencio interior, tiempo de recogimiento y de entrar dentro.

¿Te atreves, a dejar tu propia tierra, tus propias seguridades?

¿Y vivir este tiempo como tiempo de desierto?

Carolina

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