Estamos llamados a ser una nueva oportunidad para los demás desde nuestra parroquia.
Tú tienes mucho que ver para ser esperanza allí donde estemos y vayamos.
En la familia, en la calle, en el trabajo, en mi bloque, con mis amigos o en mi grupo de referencia.
Iniciamos un nuevo Adviento y con él un tiempo nuevo que nos saca de lo cotidiano, nos invita a reflexionar, a hacer un alto en nuestra vida cargada de activismo, donde la espiral de cada día acapara nuestra atención y no da espacio a lo importante.
No dejemos pasar de largo las oportunidades; ni a quiénes pasan a nuestro lado sin mirarlos.
Es hora de ponerse en movimiento, de salir de la pasividad. El Señor nos regala este tiempo para peregrinar y salir de la pasividad. Donde los valores importantes cobren un nuevo espacio y tiempo en nuestra vida y nuestras esperanzas vayan mucho más allá de lo inmediato para atrevernos a soñar.
¡¡Caminemos y cantemos abriendo puertas y abrazados a la esperanza ¡¡
Un año más tu parroquia te invita a revestirte de esperanza frente a toda desesperanza.
Las esperas nublan la esperanza. Echemos el ancla esperanzada en medio de las olas.
El Adviento viene a desnudarnos para revestirnos con los tejidos de la verdad y de la belleza que ya habitan en nuestros corazones.
La imagen de Dios está en el fondo de lo humano. La liturgia de estos días nos invita a purificar nuestros deseos para entrar sin miedo en el “hágase tu voluntad” con la bondad y la alegría del Dios que viene.
No tengáis miedo, despertad. Es el estribillo del Adviento. Para ello es necesario alzar la
mirada, salir de nuestro propio querer e interés para convertirnos en peregrino de esperanza desde la parroquia.
El secreto es activarse. Tú tienes mucho que ver.
Eres oportunidad. Signo de esperanza para tu parroquia de los Remedios
Francisco Ortiz Gómez, vuestro párroco.